Esos momentos los viví, no hace quince días, más bien es el resumen de mi final de año 2005 y el primer trimestre del presente año.
Aut.: Garffield ©.
En estos momentos tristísimos en mi vida, no voy a poner ni una leyenda, ni un cuento, solo voy a escribir mi homenaje a dos personas que eran las únicas de mi familia por línea paterna que vivían.
Voy a convertirme en egoísta por un día. Ayer terminó la historia de mi familia por parte de mi padre, con el fallecimiento de una de mis tías "tita Marta te quiero, allá donde estés, seguro que ves a papá y a los yayos", Nuria falleció el 29 de diciembre del año pasado.
Desde aquí quiero agradecer a mi familia paterna, que me dejaran en herencia genética la pasión por las Bellas Artes, por la música, que ha final de cuentas, con esa me hicieron, con ella nací, me crié y sobrevivo.
Gracias a mi padre (Jorge) y a sus hermanas (Marta y Nuria), a mi yaya (María del Rosario), y a mi yayo el Maestro Benito Morató, me inculcaron desde bien pequeñita, que la música es una manera de expresión, que tiene que ser patrimonio de la humanidad, y que es una de las Bellas Artes que en demasiadas ocasiones, nos hace plasmar un sentimiento, y un pensamiento, y que cuando nuestras palabras no alcanzan a describir lo que sentimos y pensamos, siempre existirá, una pieza musical, un poema, un cuadro, una fotografía, no creada por nosotros, pero que en ese momento la hacemos nuestra.
Estoy escribiendo y a la par no dejo de llorar, por el reencuentro con mi infancia, con amigos que me encontré ayer, que me recordaron la niña que fuí, y la niña que conocieron, unos a través de las palabras de mi tía Marta, otros porque me conocieron en diferentes etapas de mi vida.
Nunca podré olvidar a mi familia, por desaparecida que esté, nunca olvidaré que la música me sacó de muchos bajones, nunca olvidaré la educación recibida.
Nunca olvidaré a mi "tieta", que al igual que su hermana, ámbas eran profesoras de música, nunca olvidaré ni a mi "yayo Benet", ni a mi "yaya Rosario", uno porque era compositor y director de orquesta, y mi "yaya" porque era cantante y la única "yaya" que conocí.
Nunca olvidaré a mi "papi" por que sé papá "que me cuidas desde donde estés", "gracias papá, por hacerme así", me enseñaste, a que no hay razas en este mundo, no hay fronteras, no hay clases sociales cuando uno ama y comparte la música. Gracias papá, porque fuiste el que me inculcaste y me educaste directamente, que tan buena música, es una bossa, como un son, como una zarzuela, o un clásico que los dos queríamos un montón a Rachmaninov y sus conciertos de piano.
Gracias a toda mi familia paterna que seguro, donde estén, velarán por mí y por mis hermanos, y seguirán siendo mis ángeles de la guarda, y que ahora están reunidos todos ellos, y seguro que no quieren, que ni su nieta, ni su sobrina, ni su hija esté pasándolo tan mal.
Gracias mamá, porque tú sabes al igual que mis hermanos, que salimos para adelante, y también nos inculcaste el saber escuchar música, nos educaste para que tampoco existieran las fronteras mentales que los seres humanos nos ponemos. Y no es poco eso, si no que criaste a mis dos hijas, cuando yo no estaba bien de salud. Mamá eres un sol, dentro de tanta oscuridad. Gracias Mami por ser como eres. Ojalá cuando sea mayor sea como tú, y como Papá. Jamás me cansaré de daros las gracias a los dos, por parirme tal cual.
Todos ellos me han dado la oportunidad de saber que la Música, la Pintura, la Poesía es un medio de expresión, que no necesita de tecnologías, solo entiende de comunicación. Me enseñaron a charlar, de todo, y a saber expresar mis pensamientos y mis sentimientos. Por medio de la música, de la escritura, y de algo que apareció en mi, hace años el amor a la pintura.
Gracias a mis hijas, Marta y María por ser como son. Y aceptar a su madre tal cual es. Y al trasto de mi sobrina Celia, que aunque es pequeñita, también es otra melómana en la familia.
Gracias a mis hermanos, Marta y Jorge, lo siento, solo quedamos los tres con el apellido, no nos queda nadie, nos queda nuestro pilar, Mamá. La que tuvo el arranque suficiente para mantenernos unidos como una piña, sin que ninguno nos metiéramos en la vida de los demás y no la falláramos. Mamá va por tí, de los tres que tienes (aunque sea yo la que escriba).
Gracias a esos amigos, que ayer me hicieron pensar que no soy un 0 a la izquierda y que aun pensando que nadie iba a reparar en mí, repararon y me recordaron que cuando falleció mi papi, mis palabras fueron "tengo que aprobar esa asignatura, en homenaje a mi papi". Gracias por recordarme lo que fuí y lo que soy "la misma pero con más años".
Gracias a esos amigos que tengo en la distancia, que han estado en el momento oportuno y en el lugar adecuado. A mi Doctorcito mejicano preferido en especial, Tavo que mal lo pasé ayer y estabas después de muchos meses. A mi excompi de trabajo Tis, eres un sol de mujer, gracias por intentar levantar a esta torre de mujer, nunca cambies ni dejes que te cambien.
Disculpadme todos los que me leéis, por haber sido un poco egoísta, y plasmar lo que he plasmado, pero se lo debo a mi familia paterna. Se lo debo a mi papi que desapareció de esta vida, cuando tenía la misma edad que yo. Pero nos dejó a una mami, que es lo mejor que le puede suceder a uno.
Como diría un buen director de orquesta:
"Va por tí Mestre Morató", de todo puede pasar en esta vida, pero....
Voy a convertirme en egoísta por un día. Ayer terminó la historia de mi familia por parte de mi padre, con el fallecimiento de una de mis tías "tita Marta te quiero, allá donde estés, seguro que ves a papá y a los yayos", Nuria falleció el 29 de diciembre del año pasado.
Desde aquí quiero agradecer a mi familia paterna, que me dejaran en herencia genética la pasión por las Bellas Artes, por la música, que ha final de cuentas, con esa me hicieron, con ella nací, me crié y sobrevivo.
Gracias a mi padre (Jorge) y a sus hermanas (Marta y Nuria), a mi yaya (María del Rosario), y a mi yayo el Maestro Benito Morató, me inculcaron desde bien pequeñita, que la música es una manera de expresión, que tiene que ser patrimonio de la humanidad, y que es una de las Bellas Artes que en demasiadas ocasiones, nos hace plasmar un sentimiento, y un pensamiento, y que cuando nuestras palabras no alcanzan a describir lo que sentimos y pensamos, siempre existirá, una pieza musical, un poema, un cuadro, una fotografía, no creada por nosotros, pero que en ese momento la hacemos nuestra.
Estoy escribiendo y a la par no dejo de llorar, por el reencuentro con mi infancia, con amigos que me encontré ayer, que me recordaron la niña que fuí, y la niña que conocieron, unos a través de las palabras de mi tía Marta, otros porque me conocieron en diferentes etapas de mi vida.
Nunca podré olvidar a mi familia, por desaparecida que esté, nunca olvidaré que la música me sacó de muchos bajones, nunca olvidaré la educación recibida.
Nunca olvidaré a mi "tieta", que al igual que su hermana, ámbas eran profesoras de música, nunca olvidaré ni a mi "yayo Benet", ni a mi "yaya Rosario", uno porque era compositor y director de orquesta, y mi "yaya" porque era cantante y la única "yaya" que conocí.
Nunca olvidaré a mi "papi" por que sé papá "que me cuidas desde donde estés", "gracias papá, por hacerme así", me enseñaste, a que no hay razas en este mundo, no hay fronteras, no hay clases sociales cuando uno ama y comparte la música. Gracias papá, porque fuiste el que me inculcaste y me educaste directamente, que tan buena música, es una bossa, como un son, como una zarzuela, o un clásico que los dos queríamos un montón a Rachmaninov y sus conciertos de piano.
Gracias a toda mi familia paterna que seguro, donde estén, velarán por mí y por mis hermanos, y seguirán siendo mis ángeles de la guarda, y que ahora están reunidos todos ellos, y seguro que no quieren, que ni su nieta, ni su sobrina, ni su hija esté pasándolo tan mal.
Gracias mamá, porque tú sabes al igual que mis hermanos, que salimos para adelante, y también nos inculcaste el saber escuchar música, nos educaste para que tampoco existieran las fronteras mentales que los seres humanos nos ponemos. Y no es poco eso, si no que criaste a mis dos hijas, cuando yo no estaba bien de salud. Mamá eres un sol, dentro de tanta oscuridad. Gracias Mami por ser como eres. Ojalá cuando sea mayor sea como tú, y como Papá. Jamás me cansaré de daros las gracias a los dos, por parirme tal cual.
Todos ellos me han dado la oportunidad de saber que la Música, la Pintura, la Poesía es un medio de expresión, que no necesita de tecnologías, solo entiende de comunicación. Me enseñaron a charlar, de todo, y a saber expresar mis pensamientos y mis sentimientos. Por medio de la música, de la escritura, y de algo que apareció en mi, hace años el amor a la pintura.
Gracias a mis hijas, Marta y María por ser como son. Y aceptar a su madre tal cual es. Y al trasto de mi sobrina Celia, que aunque es pequeñita, también es otra melómana en la familia.
Gracias a mis hermanos, Marta y Jorge, lo siento, solo quedamos los tres con el apellido, no nos queda nadie, nos queda nuestro pilar, Mamá. La que tuvo el arranque suficiente para mantenernos unidos como una piña, sin que ninguno nos metiéramos en la vida de los demás y no la falláramos. Mamá va por tí, de los tres que tienes (aunque sea yo la que escriba).
Gracias a esos amigos, que ayer me hicieron pensar que no soy un 0 a la izquierda y que aun pensando que nadie iba a reparar en mí, repararon y me recordaron que cuando falleció mi papi, mis palabras fueron "tengo que aprobar esa asignatura, en homenaje a mi papi". Gracias por recordarme lo que fuí y lo que soy "la misma pero con más años".
Gracias a esos amigos que tengo en la distancia, que han estado en el momento oportuno y en el lugar adecuado. A mi Doctorcito mejicano preferido en especial, Tavo que mal lo pasé ayer y estabas después de muchos meses. A mi excompi de trabajo Tis, eres un sol de mujer, gracias por intentar levantar a esta torre de mujer, nunca cambies ni dejes que te cambien.
Disculpadme todos los que me leéis, por haber sido un poco egoísta, y plasmar lo que he plasmado, pero se lo debo a mi familia paterna. Se lo debo a mi papi que desapareció de esta vida, cuando tenía la misma edad que yo. Pero nos dejó a una mami, que es lo mejor que le puede suceder a uno.
Como diría un buen director de orquesta:
"Va por tí Mestre Morató", de todo puede pasar en esta vida, pero....
¡arriba el telón!
la orquesta tiene que tocar
Aut.: TaZzIe ©
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