Te conozco más de lo que tú piensas, te conozco aunque no te muestres tal como eres. Aunque calles tus angustias y te ahogues en tus lágrimas, te conozco.
Te entiendo tanto, que ni te das cuenta que mi entendimiento pasa por mi silencio; sé lo que piensas y lo que sientes, lo que llevas guardado por dentro. Te muestras fuerte ante los demás, pero eres débil de corazón; lo eres, porque lo leí en tu llanto, no lo vi en tus ojos, a la vez que lo sentí aquí dentro, en mi corazón.
Te comprendo, aunque pienses que no lo hago, aunque finja que no quiera entenderte, te comprendo.
Tu dolor se volvió mío, tus lágrimas hicieron derramar las mías, tu angustia se volvió mi angustia y aunque digas que nadie se preocupa, yo me atrevo a decir que lo hago, porque te comprendo.
Te agradezco no sabes cuanto el enseñarme cosas que mi mente ignoraba, por mostrarme las bondades que trae consigo la vida y la fortaleza con que tratas de enmendar las adversidades.
Te agradezco, aunque pienses que no lo hago. ¿sabes? Hay una persona que sin decir lo hace de corazón, te ama y te tiene en cuenta. Imagino que ya sabes de quién te hablo.
Te ofrezco mi amistad, aunque pareciera no interesarte del todo. Sin embargo, como un día te dije, siempre lo cumpliré: estaré contigo aún no estándolo, te estaré pensando aunque tú no lo hagas, escucharé todos tus sueños en mi oído y lo haré en el más grande de los silencios del planeta.
Te entrego esta nota para que recuerdes que en cualquier instante, momento o lugar estaré dispuesta, ha escucharte, ha leerte porque sabes que te estimo.
Te estimo por como eres, por ser mi amigo y te quiero, una simpleza, solo por haberte cruzado en mi camino
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